Poco tiempo después que nació Ecuador como una nueva república del continente americano, dos tendencias políticas opuestas se enfrentaron por lograr el poder político: los conservadores y liberales.
El General José María Urvina lideraba el movimiento liberal, mientras que la tendencia conservadora tuvo su mayor representante en García Moreno. Atrás habían quedado las discusiones por la presencia en el poder de los militares extranjeros, que tuvo en el General Juan José Flores, primer presidente del Ecuador, su más claro ejemplo.
Urvina había sido Gobernador de Manabí y durante su gestión propagó sus ideas en estos territorios. Su más fiel seguidor fue José María Albán, quien desarrollaba campañas aisladas para apoyar los objetivos urvinistas.
Un acontecimiento ocurrido el 5 de junio de 1864 había marcado el fortalecimiento del liberalismo en Manabí; Eloy Alfaro, un jóven de 22 años, que había recibido la influencia urvinistica, junto con otros compañeros, tomaron preso al Gobernador de Manabí, Coronel Francisco Javier Salazar, quien tras negociar su libertad, incumplió el acuerdo y fusiló a los "montoneros". Alfaro logró salir a Panamá.
Tras el fusilamiento de Albán, urvinista acérrimo, Manuel Castro se convirtió en el líder del liberalismo en Manabí. El joven Alfaro no estaba aún de vuelta.
La táctica de los urvinistas, de fustigar con pocos elementos en puntos inadvertidos, cual guerrilleros, tenía desconcertado a Salazar, quien como otros gobernadores, había recibido poderes especiales por parte del presidente Gabriel García Moreno, para ejercer su función en Manabí.
Montecristi era el bastión de los liberales por lo que el poder político conservador, corría permanentes riesgos en Manabí.
Para huir de tal peligro, Salazar, en uso de las facultades que se hallaba investido, trasladó el 13 de agosto la capital de Montecristi a Jipijapa. Y Jipijapa vino a ser así por poco tiempo capital de la provincia...", dice Wilfrido Loor Moreira.
enlace Jipijapa capital de Manabí En 1864 ya se había iniciado la guerra civil entre liberales y conservadores. La capital de la provincia de Manabí era Montecristi, donde los conservadores tenían menos apoyo del pueblo, por lo que el Gobernador de entonces decide trasladar temporalmente esa categoría política a Jipijapa, el 13 de Agosto de 1864.