El Congreso Nacional de 1985, resolvió que el Primero de Diciembre de todos los años, se recuerda la personalidad de Rumiñahui, héroe indÃgena, defensor del Reino de Quito. El Ilustre Municipio de la Ciudad Capital, acogió esta resolución y desde el año de 1988, se comenzó a conmemorar esta fecha destacando la rebeldÃa e historia de Rumiñahui.
Rumiñahui nació en Huaynacury de PÃllaro, Provincia del Tungurahua, aproximadamente en 1482. Hijo de Huayna Cápac y Nary Ati. Por lÃnea materna sus abuelos fueron Pillahuaso Ati, Cacique de PÃllaro y la Reina Choasanguil. Su bisabuelo fue Pillajo. Rumiñahui quiere decir “cara de piedra” por un defecto que tenÃa en el ojo. Su nombre propio fue Pillahuaso y según el Doctor Robalino Coba debió llamarse Ati Pillahuaso.
Rumiñahui El tramo más feliz de su existencia fue servir al anciano Huaina Cápac y mostrar su valentÃa y talento guerrero en la causa de Atahualpa cuando estalló la guerra civil en el Imperio. En el primer semestre de 1532, Quizquiz, Caracuchima y Rumiñahi, pacificaron el Tahuantinsuyo y entraron al Cuzco. Huáscar fue ejecutado. En esta guerra, los quiteños admiraron la serenidad imperturbada de Cara de piedra y los cuzqueños temieron la frialdad de Ojo e piedra, asà conocido por la nube que le velaba uno de los ojos a consecuencia de una lanzada en medio del combate. El momento más amargo de Rumiñahui fue el 16 de noviembre de 1532 cuando Hernando Pizarro concertó con Atahualpa la fatal entrevista en Cajamarca. Rumiñahui intuyó la traición de los españoles y lo que habÃa de suceder. Al siguiente dÃa cayó el Inca en la emboscada tendida por Francisco Pizarro y quedó como rehén hasta que pagara su rescate. Rumiñahui no dudó: se dirigió a Quito con sus tropas, destituyó a Cozopanqui, tÃo de Atahualpa, asumió todos los poderes y organizó la resistencia contra los españoles. No envió los tesoros de Atahualpa para el rescate sino solo el oro de otras regiones.
Enlace a Quito, Provincia de Pichincha. Rumiñahui fue el Rostro de piedra para los incas quiteños, el Ojo de piedra para los cuzqueños, el Gran Señor y Caudillo para sus soldados.