I De la cima del Ande avizora nuestro cóndor, insignia de honor con tus alas cobija y decora tu llanura de hermoso verdor.
| III Los primeros colonos murieron cultivando tu mar vegetal y más grandes tus hijos surgieron conservando el emblema moral.
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II Del Pastaza el caudal que crepita y refresca la selva oriental, acogemos su nombre que agita tu impoluta grandeza inmortal. | IV Nuestra frente mantiénese erguida y sobre ella, orgulloso el pendón; prometemos por ti nuestra vida que es la meta de nuestra emoción.
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