I ¡Adelante en la lid del progreso! ¡Oh, provincia del mágico cielo! Que laureles florecen tu suelo y los hechos adornan la paz. Esa paz que estimula el trabajo, en el surco, en el arte, en la ciencia que es el sueño de toda existencia y es estrella que alumbra el ideal. | II Nada cambie tu claro destino y tu afán de ser libre y gloriosa, que a la Patria ofrendaste orgullosa, en la gesta de la libertad. Sé tú siempre el emporio magnÃfico de virtudes austeras y grandes, cual tus rÃos que soplan de los Andes puros hijos de plata y cristal. |