Siempre hemos creído que los estuches de peluche guardan en su interior perfume de clase o finas joyas, pero en el presente caso nos encontramos frente a una hoja que se la puede observar en los linderos de las propiedades que se encuentran fuera de la ciudad y por su tamaño y colorido ponen la nota alegre del paisaje.

Esta hoja guarda en su interior una preparación clásica del Ecuador perteneciente a las ciudades de Cayambe y Latacunga específicamente. El queso de hoja algo que con curiosidad ciertas personas que llegan por turismo se quedan asombrados de la magnitud de su sabor y calidad, ya que lo podemos comparar con el clásico queso mozarella de Italia, que es muy utilizado en la preparación de gratinados como las pizzas, lazagñas, canelones etc.

Lo curioso es que sin el nombre rimbombante del queso Italiano nuestro queso de hoja ha logrado primero introducirse con amor en los paladares ecuatorianos y lo que es mas notorio se ha desempeñado con la misma jerarquía o con superioridad que el queso mozarella en las muchas recetas que se requiere de su sabor.

Algo jocoso que pude escuchar en la ciudad de la Latacunga a las vendedores que gritan en los transportes interprovinciales: "Allullas, quesos de hoja, huevos duros...", esto es lo correcto, pero parece que por el apuro se equivocó y empezó a gritar: "HUEVOS DE HOJA, QUESOS DUROS....", algo que llamó notablemente la atención y toda la gente empezó a desternillarse de risa.

Para conocimiento de los amantes del queso debemos saber que el mozarella es elaborado con leche de búfala a diferencia que el queso de hoja se trabaja con la leche de vaca de nuestros hatos ganaderos y tiene la una jerarquía envidiable que pocas personas logran olvidarlo cuando lo han probado.

Nþmero de unidades: 8
Grado de dificultad: medio
Costo: medio
Vida þtil de la preparaci÷n: 8 días en refrigeración

Ingredientes

1 queso fresco
2 litros de agua hirviendo
3 cucharadas de sal
8 hojas de achira
1 cuchara de madera o espumadera
1 rodillo
1 funda de plástico algo gruesa

Preparaci÷n

1. Lave el queso en abundante agua luego séquelo con un paño limpio, corte en ocho tajadas, que tengan aparentemente un mismo tamaño.

2. Ponga un recipiente de fondo grueso con el agua y la sal al fuego, deje que hierva y bajo el calor al máximo. Mueva con un utensillo el agua hasta lograr que se disuelva completamente la

3. Tome la cuchara de madera o espumadera, coloque una tajada de queso e introduzca en el agua hirviendo, por espacio de unos dos minutos o hasta que este muy suave el queso.

4. Lave las hojas de achira previamente y aplane la vena utilizando el rodillo. Coloque el queso caliente entre dos hojas, introduzca estas hojas con el queso dentro de una funda de plástico e inmediatamente y antes de que se enfríe proceda a darle la forma y el tamaño que desee al queso.

5. Coloque el queso en otra hoja muy limpia, humedecida y aplanada la vena, proceda a cerrar, de tal manera que el queso se ubique en la mitad de la vena y conserve en un lugar fresco o refrigere.